LA FANTASIA DE LA "REALIDAD".
"Suave y túrgida la rosa;
enorme el alma,
en la espesura".
Marta Peña.
Ya nada puede ocurrir para que deje de percibir nuestro mundo de tercera dimensión tal como es: Una fantasía optica que nos transmiten los sentidos distorcionada por la perspectiva y que el pensamiento según el momento de que se trate; se encarga de edulcorar, nutrir, clasificar, malnutrir, etiquetar, inspeccionar, y por si fuera poco imaginar, agigantar, sospechar, calcular, fantasear, suponer...
A veces; se dirige la imaginación por un derrotero exagerado, repleto de extraños conflictos, críticas, y malestar cuando el EGO se encarga de presumir con el desafio altisonsnte de creerse dueño de la razon, de la verdad o de cualquier punto de vista que aunque sencillo, e insignificantemente temporal, nos encargamos de agigantarlo como muestra de nuestra grandeza intelectual o de la magnificencia de nuestras creencias.
En otras ocasiones alimentando los pensamientos de miedo y angustia, logramos deformar la "realidad" a limites alarmantes; sin poder comprender que ese estado diabólico en el que suponemos estamos envueltos; solamente existe en la mente. La distorsión que ejercen los pensamientos negativos y densos, unido a lo que observamos con los sentidos como aparentemente "real", convierten algo simple; en un aluvión de desastre y este entuerto de ilusiones ópticas, envueltos en pensamientos abigarrados y mustios; es lo que los seres humanos le llamamos la <realidad>.
Nuestros compañeros de viaje en esta experiencia enriquecedora de vida como las FLORES; nos brindan su color, perfume, imágenes pulcras y hermosas y nos saben transportar a momentos de verdadera integración universal. Podemos decir que tanto los animales, como las plantas y en este caso en especifico de la imagen; <las rosas> saben trasmitir con la dignidad de la mesura, con la gallardía de la prestancia, de quien sabe colocar sin espavientos; en las manos de Dios; su desarrollo, su desenvolvimiento, su progreso, su función, sus aromas, sus delicadísimas texturas y en definitiva; su demostración de inquebrantable fuerza ante la adversidad y la tormenta.
El agradecimiento a esta verdad; no tiene que pasar por el intelecto que provoca la mente y con el que nos identificamos constantemente nuestra especie humana. Esta verdad simplemente es poder reconocer con la sabiduría del espíritu, las raíces de la realidad espiritual, y comprender que todos estamos inmersos en un proyecto de una hidalguía estupenda.
Un proyecto de amor incondicional concebido por la Conciencia Universal de la Creación Divina y al que los seres humanos, le llamamos: DIOS.
Muchas Gracias.
Marta Peña.
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